La boda de Yago y Valeria en Huarte-pamplona, Navarra

El día de nuestra boda

Fue una boda ibicenca, fuimos todos de blanco, menos el novio, que iba de color arena. Como aquí no hay playa, lo hicimos en un hotel precioso con jardín (Don Carlos, Huarte). Nos vestimos el uno al otro y nos hicimos las fotos antes de la ceremonia para disfrutar del cóctel con la gente. Al altar acudí con mi padre y mi madre (¿Por qué solo uno?) y mi marido con sus dos hermanas mayores. La ceremonia entera nos la inventamos, incluyendo el ritual de la arena, el de los cuatro elementos y el de la lazada. En lugar de arroz nos tiraron pompas de jabón. Nos hicimos un par de fotos con todos los invitados a la vez, y durante el cóctel nos fuimos haciendo fotos con grupos de gente, en plan espontáneo. Pusimos música estilo playero y reggae. Para entrar al salón usamos 'From now on', e irrumpimos en el momento del subidón. Los centros de mesa llevaban conchas, una vela, flores y el nombre de una playa por mesa. Después de la deliciosa comida, repartimos los regalos y las huchas para los siguientes. Para abrir el baile, le canté a mi marido la canción 'Toda una vida' a capella, y bailamos un tango. Al anochecer, hicimos fotos con bengalas de palito, de las inofensivas. Después de la recena estuvimos una hora más y ya nos fuimos con los supervivientes a una discoteca. Fue inolvidable. Definiría mi boda como diferente, bella, personal, divertida y cómoda, tal como queríamos que fuese... y a todos les encantó.