La boda de Miguel Ángel y Noelia en Leganés, Madrid

La ceremonia hizo realidad todo lo que llevábamos preparando tanto tiempo. Nos leyeron algunas palabras el primo de Miguel, su madre y una amiga mía de la infancia. Además, mis tíos nos cantaron la misma canción que habían cantado hace 29 años en la boda de mis padres. Tras esto hicimos el clásico intercambio de alianzas y arras, añadiendo también la ceremonia de la arena. En conjunto, fue una ceremonia sencilla y bonita, muy familiar y (por lo que nos dicen también los invitados) muy emotiva.

Tras la lluvia de arroz al ritmo de Euphoria (toda la música de la ceremonia la elegimos nosotros y ayudó a hacerlo todo mucho más personal), nos hicimos unas poquitas fotos y volvimos rápido a disfrutar de todos los nuestros. A partir de ese momento el tiempo empezó a volar, nos vimos dentro de una vorágine increíble de conversaciones, fotos y comida muy rica, tanto la del cóctel como luego en el banquete. La finca nos lo puso todo muy fácil y muy bonito, por lo que simplemente añadimos un par de toques personales como el sitting plan y el espacio del libro de firmas (con fotos más o menos antiguas de nosotros con cada uno de los invitados y sitio para que nos dejaran unas palabras). Somos bastante cerveceros, así que la cerveza también tuvo un lugar especial en nuestra boda, estando presente en el brindis de entrada al banquete y en los detalles para los invitados, que consistieron en una cerveza artesana personalizada y unas pulseras luminosas.

Durante la cena no pensábamos levantarnos, pero el cuerpo nos lo pedía, así que entre plato y plato hablamos con todo el mundo, reímos mucho y brindamos millones de veces. Después del corte de tarta estábamos ya pensando en el inminente primer baile y de repente apagaron las luces… ¡Nos habían preparado un vídeo de fotos sorpresa! Fue un detalle increíble que no esperábamos para nada y nos hizo muy felices. Luego ya sí que vino el primer baile, la discoteca y la barra libre, que nos dejó muchos momentos divertidos en los que nuestros invitados lo dieron todo.

No tengo más palabras para describir nuestro día, aunque sí un montón de sensaciones (nervios, emoción, felicidad infinita) que guardar para siempre. Eso y las fotos, que nos recordarán siempre el día tan bonito que pasamos con toda nuestra gente. Nos alegramos de haber disfrutado cada instante, porque, aunque pase volando esa emoción dura siempre.