La boda de Mario y Gemma en Cambrils, Tarragona

El día de nuestra boda

Lo mejor que puedo decir de la boda es que todos lo pasamos en grande, empezando por los invitados, pasando por la familia más cercana, ayudándonos con todos los preparativos del día y a cumplir con el timing, y acabando por nosotros mismos, los novios, que pudimos disfrutar de cada momento sin preocuparnos de nada, solo de pasarlo bien y vivir el momento. Nos casamos en el Dorado y fue un acierto en todos los sentidos, pero principalmente por la buena organización y atención al cliente (los novios).

Los preparativos podrán ser todo lo estresantes que cada pareja quiera, pero hasta que no llega el día de la boda, no te das cuenta de lo importante que es poder olvidarte de todo y solo disfrutar, ¡y eso es lo que pudimos tener nosotros en nuestro día!

Todo fue como habíamos imaginado y como esperábamos, siendo cada momento de la boda perfecto: ceremonia en el jardín con vistas al mar, aperitivo bajo la carpa y convite y baile en la sala acristalada, ya que como esperábamos acabó lloviendo, pero el día aguantó para la ceremonia, que era lo más importante. Ya estaba hablado y organizado para que la lluvia no fuera un problema. En ningún momento nos tuvimos que preocupar por los tempos ni por los regalos, ya que teníamos a Adriana llevando la batuta y coordinando por detrás, y solo venía a avisarnos de qué tocaba hacer en cada momento según el plan que nosotros mismos habíamos establecido semanas antes.