La boda de Josué y Yasmina en Suances, Cantabria
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J&Y
28 Abr, 2018El día de nuestra boda
El día amaneció lluvioso y no hacía calor precisamente. Esa noche había dormido fatal, había tenido muchas pesadillas, aunque sólo recuerdo una: Todo se torcía, tardaba demasiado en la peluquería, en vestirme y en llegar al hotel. Llegaba hora y media tarde y me encontraba con que la mayoría de invitados se habían ido y mi marido estaba llorando porque pensaba que no iba a ir. A pesar de eso, me levanté de buen humor, desayuné y me fui a la peluquería, tranquila, demasiado tranquila, como si fuese a una boda que no era la mía. Pero entonces llegó el momento de vestirme. Ahí fue cuando me subieron todos los nervios, empecé a sentir una sensación de tensión que nunca antes había sentido y que ahora mismo no podría describir. Era una especie de ansiedad muy rara, tenía ganas constantes de llorar de felicidad, pero sabía que si lo hacía, toda mi familia iba a llorar conmigo. Me vestí y desde ese momento tengo recuerdos borrosos.
Me subí al coche como pude y pusimos camino al Hotel El Muelle de Suances. El trayecto entre la casa de mis padres y el hotel es de media hora, pero a mí se me hizo que tarde como 3 horas en llegar. En Suances me esperaba una calesa (regalo de boda de un tío de mi marido), preciosa, muy clásica y romántica. Hacía frío, pero yo ni sentía ni padecía en ese momento. Seguía muy tensa, no veía el momento de llegar y ver a Yosu (mi marido). Nunca le había echado tanto de menos y eso que sólo llevaba un día sin verle. Sólo quería abrazarme a él en ese momento. Después de dar un paseo por Suances con la calesa, llegué por fin al hotel. Me bajé de la calesa y allí me esperaba Tomás, el encargado del Hotel. Me dijo que iba a empezar a sonar mi música, que me agarrase a mi padre y que en el momento que yo lo viese oportuno, empezase a entrar. Dicho y hecho, emepezó a sonar la versión de 2 cellos de Juego de Tronos. Mi padre se agarró a mi brazo, en vez de al revés (estaba él más nervioso que yo) y la tía de Yosu nos hizo señas para que le agarrase yo en vez de él a mí. No reconocía a la gente, solo veía caras sonrientes, hasta que enfilé el pasillo y vi a mi ahora marido ahí, guapísimo a más no poder, con su traje y su sombrero, sonriéndome y en ese momento, esa sensación tan rara que tenía, se esfumó. Llegué al altar y no sabía si darle un beso, un abrazo o qué narices hacer, pero él se me adelantó y muy emocionado y me abrazó. Creo que ha sido el abrazo más bonito que nos hemos dado hasta la fecha (y eso que nos hemos dado muchísimos).
Seguir leyendo »La ceremoniante era una de mis mejores amigas, con la que durante muchos años hemos organizado mi boda (incluso cuando yo estaba soltera). Leyeron mis hermanas con la canción de A Thousand Years de fondo, nos hicieron un discurso precioso con el cual, obviamente, lloré (bueno, lloré yo y la mayoría de mis invitados). A continuación y por sorpresa para él, leyó su hermana (no se lo esperaba), también un discurso precioso, que hizo llorar hasta a uno de sus amigos que no llora nunca. Hicimos nuestros votos y el intercambio de anillos, con la versión de Joey Ramone de Wonderful World y después la ceremonia de la arena con la canción de Izal de la mujer de verde. La ceremonia fue rápida y bonita.
El cóctel fue genial, aunque hubo momentos en los que me agobié un poco con las fotos (todo el mundo quería fotos, lo cual es lógico, pero yo sólo quería 15 minutos para tomarme un Martini). Al final del cóctel y por sorpresa (ninguno de los dos sabíamos nada, creo que fue cosa de mis hermanas) hicimos una suelta de globos, me pareció precioso. Una cosa a destacar del cóctel fue que, desde la cocina, nos sacaron un plato único y exclusivamente para mi marido y para mí, para que pudiésemos comer algo.
Al finalizar el cóctel, el encargado (Tomás), metió dentro a los invitados y, por fin, Yosu y yo tuvimos un instante a solas, en el cual lo único que hicimos fue abrazarnos. Entramos al salón al ritmo de I Was Born to Love You de Queen (Queen no podía faltar en mi boda, de ninguna manera), mientras todos nuestros invitados aplaudían y gritaban "¡Viva los novios!". Yo, que ya no estaba tensa, no podía dejar de sonreír. El banquete fue perfecto, la comida genial, los invitados con las cosas típicas (que se besen, que viva la madre de la novia, del novio, etc). Fue muy divertido.
Llegó el momento del corte de la tarta. En el hotel se equivocaron de muñecos (teníamos los de nuestra tarta y otros para regalar), pero nada más decirselo, fueron a por los nuestros y nadie se dio cuenta del error (fue el único fallo que cometieron y fue un fallo bastante insignificante). Para cortar la tarta, elegimos la canción de Fantastic Shine de Love of Lesbian (otro grupo que tampoco podía faltar) y tras cortar la tarta, entregamos los muñecos a la siguiente pareja que se va a casar, dos amigos de Yosu que se emocionaron muchísimo, ya que no se lo esperaban y no sabían otra cosa que decir más que gracias y llorar. Fue un momento muy bonito y especial.
Después de esto, comenzamos con los detalles especiales: primero, con mis hermanas, le llevamos un trozo de tarta con una vela a mi padre porque el día anterior había sido su cumple, y aprovechamos para darle el regalo. También a mi madre y a mis suegros, con la canción de you´ll be in my heart. Luego, a mis hermanas, una cúpula de la bella y la bestia con una carta y la canción de la peli de fondo. Se emocionaron muchísimo.
El reparto de detalles a los invitados fue un momento bastante agobiante, ya que me parecía que se hacía muy largo y no quería que mis invitados se aburriesen. Para terminar y comenzar la fiesta, llegó el que seguramente fue el momento más duro para mí de toda la boda: el regalo a los abuelos. El dj, para introducir el momento, dijo que llegaba la hora de las personas que deberían ser eternas, los abuelos. Mi abuela materna, que siempre fue imprescindible en mi vida, ya no está entre nosotros desde hace 9 años y me acordé de que ella no estaba y empecé a llorar, no pude parar cuando fui a darle el regalo a mi abuelo y claro, él también se puso a llorar. Sin duda, fue un momento bastante díficil, tuve que salir a fumarme un cigarro para relajarme un poco porque lo estaba pasando realmente mal.
Pero no había tiempo para entretenerse y a eso de las 18:30 empezó nuestro baile nupcial, el cual, sinceramente, tengo bastante borroso por los nervios que sentía en ese momento.
Después del baile, empezó la fiesta. Curiosamente, y a pesar de que bebí varias copas y chupitos, es el momento que mejor recuerdo de toda la boda. Bailé, reí, disfruté muchisimo con todos los invitados durante la fiesta y mis invitados lo dieron todo. El DJ era muy majo, incluso tenía organizados varios juegos para amenizar la fiesta. A las 23h acabó la fiesta en el hotel, algunos nos fuimos a tomar algo por Suances y otros se fueron a sus casas o a seguir la fiesta en otra parte. Al llegar al primer bar, todos los nervios desaparecieron y emepecé a sentir el frío que hacía ese dia (que no era poco, encima iba en manga corta) y el dolor de pies, así que enseguida me retiré a la habitación, agotada, pero con una sonrisa enorme.
En resumen, que creo que me he extendido más de lo que pretendía. A pesar de que fue un día frío y lluvioso, la boda salió más perfecta de lo que podía imaginar. Todo el mundo disfrutó de la ceremonia, la comida, la bebida y la fiesta. A las futuras parejas que se casan, solo decirles que disfruten de los preparativos, que no se coman demasiado la cabeza, que los invitados lo único que quieren es comer bien y pasarlo bien y ver felices a los novios y, muy importante, que da igual que llueva o haga sol, que el día se disfruta igual con frío que con calor y termino diciendo que aún, 15 días después, me dura la felicidad de ese día. Gracias a todos los que habéis aguantado este tostón y me habéis leído hasta el final.
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