La boda de José Antonio y Zulema en Bollullos Par Del Condado, Huelva
Elegantes Otoño Blanco 7 profesionales
J&Z
18 Nov, 2017El día de nuestra boda
Suena a tópico, pero fue un día maravilloso e inolvidable.
Mi pareja y yo llevamos juntos 9 años y yo soñaba con mi boda desde hace mucho tiempo. A pesar de las conversaciones de matrimonio con mi chico, él no se decidía a dar el paso, pero finalmente se armó de valor y me pidió que fuera su compañera de vida, afianzando nuestra relación con el matrimonio.
¡Lo organizamos todo en solo seis meses! Así que, lo cierto, es que he disfrutado mucho de los preparativos, pues han sido unos meses muy intensos para nosotros y nuestros familiares.
Mi vestido, de Pronovias, fue el que siempre imaginé, con manga larga, encaje en el cuerpo y escote corazón. Mi marido llevaba un traje a medida en azul que le resaltaba muchísimo con su color de piel.
La semana antes de la boda decidimos cogerla de libre para poder organizar con calma los detalles de los invitados (flores naturales y bolígrafo en forma de barrita de labios para ellas y copa y botella de brandy para ellos), los Kit SOS que colocamos en los baños, las pulseras con nuestros nombres, el candy bar, el seating plan... Fue una semana intensa pero super divertida, en la que preparamos todo con muchísima ilusión, aunque también nervios.
Seguir leyendo »Por fin llegó el día de nuestra magnífica boda. Ambos preparamos un desayuno en nuestras casas para nuestros amigos y familiares que decidieron acompañarnos desde primera hora del día, pues decidimos celebrar una ceremonia religiosa de mañana y, a continuación, un cóctel, almuerzo y barra libre (dulce y salada) que empezaría a las 14:00 y que se alargó hasta las 00:00.
Amaneció un día soleado y caluroso del que disfruté desde las primeras horas de luz, comenzando con mi peinado, maquillaje y recibimiento de mi ramo de novia en cascada con rosas blancas y tiffany. Me sentía espléndida, rebosante de felicidad y super alegre por la experiencia tan magnífica que estaba viviendo.
Cuando me puse mi vestido de novia, con mis complementos, zapatos azules y velo, y me miré al espejo, sentí una profunda emoción porque, en pocos minutos, me convertiría en la esposa de un maravilloso hombre que me respeta, me ama y me cuida.
Unos familiares nos regalaron el alquiler de un precioso Rolls Royce que nos trasladó desde nuestras casas a la iglesia y, posteriormente, hasta la bodega donde realizamos la celebración. Al llegar a la iglesia, nos estaba esperando un enorme coro que con sus canciones nos hicieron emocionarnos en más de una ocasión durante la misa.
La celebración posterior la realizamos en una bodega, adaptada para salón de celebraciones. En su maravilloso jardín preparamos el cóctel de bienvenida, en el que ofrecimos bebidas, canapés, kiosco de quesos, cortador de jamón en vivo y una gran variedad de aperitivos que estaban deliciosos. A continuación, ¡pasamos al salón para disfrutar del almuerzo y de una fantástica y deliciosa tarta nupcial de 8 pisos! Que nos encantó. Disfruté muchísimo de la comida y de la compañía de familiares y amigos, aunque el tiempo pasó volando.
Cuando comenzó la barra libre nos proyectaron un vídeo de nosotros desde pequeños, recordando a familiares que echamos mucho de menos y que, por desgracia, no están ya entre nosotros, así como un recorrido a lo largo de los 9 maravillosos años que llevamos juntos. A continuación, realizamos nuestro baile nupcial, nuestro primer baile como marido y mujer, momento en el que los nervios recorrían mi cuerpo, por emoción y, en gran parte, por vergüenza (no lo puedo remediar). Cuando el baile finalizó quedó por inaugurada la fiesta, así como un fotomatón que contratamos y que resultó gustar a todos nuestros invitados.
La noche de bodas la pasamos en unos bungalows en El Rocío, un lugar muy acogedor y especial para nuestra primera noche de casados. Al día siguiente nos vinieron a recoger y pasamos el día con nuestros padres y hermanas. Al final del día preparamos nuestro equipaje para nuestra luna de miel.
Nuestra luna de miel ha tenido varias visitar. Decidimos pasar una semana en Cabo Verde, paraíso africano, donde descansamos y disfrutamos de nuestros primeros días de matrimonio, fue algo idílico, completamente especial y mágico. Después pusimos rumbo a Lisboa, donde pasamos tres días visitando la ciudad y Sintra (un lugar extraordinario que recomiendo visitar, sin lugar a dudas). Y, finalmente, decidimos hacer una ruta por Extremadura, pues teníamos ganas de visitarla y nunca encontrábamos el momento idóneo para hacerlo, así que nos recorrimos Badajoz, Cáceres, Yuste, Guadalupe y Mérida.
Han pasado ya tres meses desde entonces, pero lo sigo recordando como si fuera ayer. Fue un día super alegre, que disfruté con las personas que quiero y que forman parte de mi vida, fue un día de emociones, nervios... Pero sobre todo de muchas risas, de mucha pasión en cada detalle, de mucha felicidad y, sobre todo, de mucho orgullo por contar con tanta gente que nos quiere. Volvería a casarme mañana mismo, sin dudarlo un segundo.
Para terminar quiero aportar un pequeño consejo para todas las futuras novias: no desesperéis, el camino hasta ese día a veces será duro, pero este día es especial, ese día es inolvidable, ese día es vuestro día y, a pesar de los imprevistos que puedan surgir (que los habrá), solo debéis preocuparos de disfrutar cada segundo. Ese día el tiempo vuela, así que aprovechad al máximo cada minuto, cada detalle, cada beso, cada risa.
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