La boda de Emilio y Rocío en Palomares Del Rio, Sevilla
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E&R
22 Abr, 2017El día de nuestra boda
A ver, pues como la tradición manda, yo ese día iba a salir de casa de mis padres y mi marido salía de casa de su madre. Ese día, mi padre me recogió prontito en nuestra casa, le recordé unas cosillas a mi entonces novio para la ceremonia y nos fuimos. Al llegar, mi madre me tenía preparada una mañana como si me encontrase en un spa, hicimos los últimos detalles de depilación, pedicura, una mascarilla que recuerdo no me podía ni reír porque me estiraba y después me dijo que me tumbase en una cama (en mi cama de soltera), cerrase los ojos y estuviera relajada, aquello me sentó de maravilla, aunque el teléfono no paraba de sonar, pero ese día era para mí, esa mañana eran para mi madre y para mí, para disfrutar juntas y relajarnos de todo el estrés.
A las 1 y15 o así me puse a comer con mi padre algo fresquito y que no me llenase para que no me sintiera pesada (un poquito de ensaladilla y un filetito empanado), mi madre estaba en la peluquería, y yo en cuanto ella llegó, nos fuimos a las 14.15 o así. Al llegar, mi peluquero de toda la vida junto a su mujer, me sentaron en la silla y empezaron a ponerme cremitas y demás, me peinaron (me hizo un recogido precioso, japonés, ya que la temática nuestra era japonesa, y también me maquillaron con un toque en los labios rojos que le diera el punto, yo casi me duermo, era increíble, con lo nerviosa que había estado los tres meses antes al día B y yo estaba super relajada, porque hablé con todo el equipo (wedding, fotógrafo, catering, el chico del dron, por supuesto mi marido, mi novio entonces, y todos me decían que estaba todo controlado.
Seguir leyendo »Al terminar de la peluquería me fui a vestir, ya los fotógrafos habían llegado y ahí sí que tuvimos que correr un poquito porque nos daba apuro que estuvieran esperando, y entonces comenzamos las fotos, me hicieron muchas fotos, ahora con luz, ahora con la pantalla, ahora toca el vestido, ahora, mil cosas, pero yo me sentía como en un cuento, una princesa, estaba feliz, me radiaba la cara y me sentía super a gusto con los fotógrafos en casa, con mis padres, unos tíos que llegaron de Málaga y un cuñado mío que era mi chófer, nos hicieron fotos y me decían que íbamos con tiempo de sobra.
Llegó el momento de irnos, a mí me recogieron en un Nissan Skyline R33 (el nuestro), estaba impoluto, blanco, precioso, mi novio le había dado hasta cera y les habían puesto unas flores (lillium en rosa) preciosos en las manetas de las puertas y quedaba precioso, ya que le hacía mucho contraste el blanco con el rosa. Al ser un coche japonés llevaba el volante a la derecha y me quitaron el asiento del copiloto para que pudiera entrar mejor, sino me iba a dejar el recogido allí, llevabamos una go-pro en el coche y mi padre, mi cuñado y yo fuimos hablando todo el tiempo. En el otro coche, fue mi madre para verme llegar antes, yo seguía tranquila y serena.
Llegamos a la hacienda un poquito más tarde de lo previsto porque era para hacer esperar al novio, qué malos, pero la espera mereció la pena. Llegamos y me ayudó a bajar el chófer, allí estaban esperándome mi madre y mi wedding (me alivió al verlas, era como ya está, están conmigo, el dron estaba dando vueltas sobre nosotros y ya mi padre y yo nos dispusimos a cogernos del brazo , teníamos que pasar un arco, estaba todo precioso, en el suelo habían puesto velitas y pétalos de rosas rojas, sonaba la canción que yo había elegido para entrar que fue Te amaré de Marc Anthony, delante de nosotros iban tres pajes dos sobrinos míos de 3 añitos y pico y el hijo de una prima mía también de la misma edad, los niños iban en las esquinas y llevaban unas pizarras donde se leía aquí viene el amor de tu vida y el otro, eres la casualidad más bonita que estaba esperando, mi sobrina, iba en el centro con una cestita esparciendo pétalos, quedaba precioso y todos los invitados tenían que ver, escuchaba a la familia decir que guapa, que vestido que bonito, mil piropos, pero yo buscaba su mirada y la encontré, y todavía me emociono porque cuando lo miré me sonrió y se emocionó, ahí es en el único momento que me puse un poco nerviosa, emocionada, pero eran más las ganas e ilusión de llegar a su lado que me calmaba su presencia.
Nos sentamos y comenzó la ceremonia, en primer lugar nos casó un concejal de nuestro pueblo, nos leyó un poema, muy bonito, después un amigo nuestro nos dedicó unas palabras, que a los dos nos emocionaron también y después leyó mi hermano (que ya sí que ahí no pude contener las lágrimas de felicidad y emoción), seguimos con la ceremonia de la arena (fue precioso, el me leía unas palabras a mí y yo a él, al mismo tiempo que vertíamos cada uno arena de nuestro bote de cristal con arena de nuestras tierras e íbamos llenando otro bote más grande y mezclándose la arena de los dos. La música que sonaba era Adiemus de Avatar, preciosa, nos transportaba a la naturaleza, tierra, aire, mar...
Después hicimos la declaración de intenciones y el sí quiero, firmamos y al salir lo hicimos cogidos del brazo y escuchando vivan los novios, echándonos palomitas, pompitas de jabón y pétalos blancos, además de cañones de pétalos rojos, nos paraban y nos hicieron muchísimas fotos, fue precioso, emotivo para nosotros, nuestro momento. Seguidamente, nos llamaron los fotógrafos para hacernos el reportaje, mientras los invitados iban tomándose algo, con ellos igual, super cómodos, nos hicieron mil fotos, y disfrutando de ese día, de cada momento único e irrepetible. Finalizó la sesión de fotos (deciros que fue allí también, en la Hacienda de Regla, espectacular el sitio) y teníamos que entrar a hacer el brindis, os cuento que pusimos la música de Dorantes Orobroy, muy flamenca, mi vestido era muy flamenco y al ir caminando, parecía como si lo hicieran caballos, quedaba también muy bonito.
Ya nos dispusimos a cenar (nosotros llevábamos contratado a Verónica Catering, y al ver como estaba todo tan bonito, tan original, la decoración, la atención, todo, los invitados disfrutando de la comida, se palpaba la alegría, felicidad, nosotros nos mezclamos con los invitados, deciros que hicimos un cóctel-buffet super completo, en la que no queríamos ni mesa de novios tradicional ni sentar a los invitados en las mesas que nosotros hubiéramos decidido, sino que cada cual se sentara donde prefiriese y comiera lo que quisiese. Luego, llegó el momento de cortar la tarta (nosotros desde el principio dijimos que no nos veíamos así, pero el catering nos comentó que iba a ser japonesa y como no la cortamos con una katana japonesa de un amigo nuestro que nos dejó, el momento fue único, nadie se esperaba eso, nos encantó.
Llegó el momento del baile (escogimos la canción de Emocional de Dani Martin), fue impresionante, la gente nos hizo un círculo y encendieron bengalas, estaba precioso, pero para Emilio y yo en ese momento era como si el tiempo se hubiera detenido y sólo estuviéramos nosotros dos. También pusimos un vídeo preboda, hecho por nosotros, en el que nos emocionamos mucho porque contemplamos, desde pequeños por separados y hasta que nos conocimos con imágenes. Por último, la barra libre con las mesas de los postres, preparamos un karaoke en el que hicimos un concurso (buscamos la voz de nuestra boda), nos animamos a cantar, bueno, sobre todo, yo con otros familiares y nos lo pasamos genial, porque cantaron hasta una canción en japonés, al final se llevaron su premio una pareja en la que ella cantaba bien, el premio constaba de una caja de madera y en ella había una botella de sake japonés (auténtica), una botella de licor de melón sin alcohol y dos cajitas de mochi (dulce típico japonés).
Bueno, que deciros más, creo que os he dado muchos detalles, que fue un día increíble para los dos y que siempre quedará en nuestra memoria. P.D. Comimos poco porque estuvimos pendientes pasando por las mesas para ver qué tal iban nuestros invitados.
La única espinita que se nos ha quedado clavada es que no hemos podido hacer nuestra luna de miel, nuestro sueño es ir a Japón y no nos lo podíamos permitir. Esperamos haberos ayudado contando nuestra magnífica experiencia. Un abrazo y mil gracias a todos aquellos que habéis hecho nuestro sueño, una realidad. Emilio y Rocío.
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