La boda de Cristian y Silvia en Padron, A Coruña

El día de nuestra boda

A las 7:00 suena el despertador. Después de haber dormido 3 horas, me levanto, una ducha y a la peluquería. No puedo con los nervios. Maquillaje, peinado,... A las 10:30 lista para volver a casa. Como ya sé que me da tiempo de sobra, los nervios se van a y a disfrutar del día. Al poco tiempo llega el fotógrafo, fotos en bata, de los pequeños detalles y llega el momento de ponerme el vestido. ¿Me servirá? ¡Sí! Todo genial, más fotos, comienzan a llegar amigos y familiares. ¿Un Petroni? ¡Sí, perfecto! Nos avisan que el coche ya está fuera, vamos a la Iglesia, nos cansamos de llorar, mi cuñado cantando Aleluya, no puede ser más emocionante. Salimos de la Iglesia, kilos y kilos de arroz sobre nosotros, miles de besos y abrazos. Por fin somos marido y mujer. Y ahora a comer y divertirse, no pudo ser un día más perfecto. En nuestro caso podían salir mal varías cosas y ninguna lo hizo. Fue divertidísimo tanto para nosotros como para los invitados ( o eso nos dijeron). Si fuese por nosotros lo repetiríamos sin dudar.