Cuenta la historia que esta pintoresca localidad madrileña debe su nombre a Isabel de Borbón, quien exclamó “¡Mira, flores!” al ver los llamativos brotes que poblaban las calles de la ciudad. La naturaleza que rodea la población de Miraflores de la Sierra es, sin lugar a duda, un auténtico regalo para los cinco sentidos. Lleno de color y de esencia propia, es un pequeño oasis de tranquilidad que contrarresta el frenético ritmo de la capital, que se encuentra a 49 kilómetros de distancia.
El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares da forma al horizonte que rodea los límites territoriales de este municipio y sirve como decorado para algunas de las fincas que se encuentran repartidas a lo largo de esta zona. Así es como maravillosos enclaves de carácter rústico se erigen en mitad de este paraje natural nutriéndose de su encanto y convirtiéndose en un claro reflejo de su atractivo.
Apostar por uno de estos espacios para el día de vuestra boda no solo os permitirá organizar un evento lleno de magia y personalidad, también os brindará la posibilidad de disfrutar del ambiente tan preciado que llena cada rincón de estas tierras mirafloreñas. La familiaridad hace mella en él y consigue crear una extraña sensación de pertenencia en todos aquellos que tienen el privilegio de perderse por esta región.
Rodeadas por extensos bosques de encinas, pinos y coscojas, y con jardines plagados de bonitas plantas aromáticas, estas edificaciones se convertirán en un pequeño paraíso que dará vida a vuestra celebración.