Si por algo es conocido El Molar es por sus asombrosas Cuevas del Vino. Con doscientos años de antigüedad, se reparten por los cerros de La Muela constituyendo uno de los grandes reclamos de esta bonita localidad. Pero eso no es todo. A caballo entre las cuencas del Jarama y el Guadalix, son muchos los afluentes que bañan estas tierras y que realzan su increíble magnetismo. Una perfecta fusión entre lo urbano y lo rural da como resultado un municipio que, sin duda, será el escenario perfecto para vuestra bucólica celebración.
Las fincas a las que da cobijo el municipio hacen gala de su vertiente más natural. Por ello no se emplazan en su centro, donde un gran patrimonio histórico y artístico hace acto de presencia complementando el encanto de este pequeño reducto madrileño.
Siguiendo la carretera que conecta Madrid y Burgos, estos enclaves resiguen el cauce de los arroyos que descienden por la parte más meridional de la región dando lugar a pequeños oasis plagados de exuberante vegetación y lujos que servirán como decorado para vuestro Sí, quiero. Junto al camino de la Virgen, o en la ribera misma del arroyo de Monteviejo, sorprendentes edificaciones hacen gala de su clásico atractivo.
Majestuosas fachadas de piedra dejan a entrever la belleza que se esconde en su interior y que aguarda a ser descubierta por aquellos futuros novios que sueñen con una boda que desprenda buen gusto y elegancia. Grandes ventanales ofrecen unas incomparables vistas a su entorno y acaban de completar un conjunto sin comparación.